El mundo empresarial está cambiando hacia una representación igualitaria en posiciones de control y de gestión, ese es el objetivo de los organismos reguladores nacionales e internacionales. Pero ¿a qué velocidad? Las cifras son claras: el porcentaje de mujeres en los consejos de administración de las empresas cotizadas en España abarca tan solo el 29,3% en 2014, lejos todavía del 40% que deberá alcanzar para julio de este mismo año según el Proyecto de Ley orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres.
Ese porcentaje parece enquistado, al igual que muchas de las políticas y actuaciones encaminadas hacia la consecución de los 17 objetivos de desarrollo sostenible y las 169 metas que abarca la denominada Agenda 2030. ¿Casualidad? La evidencia de los últimos años evidencia que el liderazgo femenino no se vincula solo con un efecto, imagen y reputación o un mero cumplimiento normativo, sino con una mayor transparencia y un cometido hacia un compromiso de la empresa con acciones socialmente responsables.
Mujeres y sostenibilidad
La evidencia demuestra que las mujeres en puestos de liderazgo muestran un mayor compromiso con la sostenibilidad debido a varios factores. Estudios han sugerido que las mujeres tienden a tener una mayor sensibilidad hacia los temas sociales y medioambientales. Además, suelen adoptar un liderazgo más colaborativo y centrado en el bienestar a largo plazo, en la ética y en la transparencia, lo cual es esencial para la sostenibilidad. Este compromiso se manifiesta en el camino e impulso hacia la consecución de las metas de desarrollo sostenible, pero también, en la lucha contra acciones de irresponsabilidad social vinculadas, por ejemplo, a violaciones de derechos humanos, incumplimiento con normativas medioambientales, sanciones por infracciones medioambientales, etc. Pensemos, por ejemplo, en el escándalo de emisiones de gases de Volkswagen o de condiciones laborales de los trabajadores subcontratados en países en desarrollo por Nike.
Sin embargo, esta lucha no es posible si la mujer directiva o consejera participa en juntas, en consejos, en equipos directivos, formando parte de un grupo minoritario y siendo un denominado token. Así, aunque cada vez más las organizaciones – tanto públicas como privadas – designan a mujeres para puestos de alta dirección y de control, su capacidad de influencia en el proceso de toma de decisiones está claramente influenciada por la visibilidad dentro de ellas dentro de la entidad ¿Realmente creemos que es suficiente que una sola mujer trate de impulsar una gestión sostenible responsable y eficiente? Obviamente, no. La influencia femenina y su compromiso con la sostenibilidad contribuirá a limitar las acciones social y medioambientalmente irresponsables cuando representen una masa crítica en los órganos de control o de decisión, esto es, cuando realmente gocen de la suficiente fuerza, legitimidad y visibilidad.
Mujeres e innovación medioambiental
Además de la demandada “masa crítica”, determinados factores personales y atributos de la mujer entrar también dentro del “juego” del compromiso con las metas sostenibles. En concreto, con el impulso de la denominada innovación “verde”. Hablamos de factores como la formación y experiencia.
Junto con la necesidad de legitimarse con un poder de decisión en las estrategias sostenibles cuando realmente son un grupo significativo y no un mero símbolo en los consejos de administración, la experiencia empresarial y técnica femenina influyen de forma determinante en la eco-innovación de la empresa. Así, un mayor nivel de experiencia y especialización de la mujer consejera favorece una mayor inversión y compromiso con la innovación medioambiental. No toda mujer consejera ejercerá la misma influencia en esta innovación, siendo necesario que exista una diversidad dentro de la diversidad, con mujeres consejeras y ejecutivas que ejerzan un poder, legitimidad y autoridad y, posean un conocimiento técnico y experiencia empresarial.
A su vez, la evidencia a nivel internacional demuestra que los equipos integrados por mujeres contribuyen a reducir las conductas irresponsables en aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza fundamentalmente en países donde las políticas nacionales realmente apoyan la igualdad de género. Así, además de promover la igualdad de género, es crucial tener un buen contexto institucional para que el efecto de los equipos diversos en la sostenibilidad sea aún más significativo.
El futuro
Así pues, impulsemos y motivemos a reguladores y mercados a favorecer y exigir políticas de igualdad en la empresa que garantice cuotas de género paritarias en juntas directivas, en consejos de administración y en equipos de gestión; todo ello, no implicará solo en un freno a la brecha de género y los famosos techos de cristal, sino también, una lucha en pro de la sostenibilidad y contra acciones de irresponsabilidad social y medioambiental.
Miembro del Instituto Multidisciplinar de Empresa. Universidad de Salamanca.
Universidad Politécnica de Cartagena
* La investigación mencionada en el artículo ha sido financiada por el proyecto de investigación MICIU/AEI/10.13039/501100011033/ financiado por FEDER, UE [Grant/Award No. PID2021-122419OB-I00-GELESMAT]