Detrás de cada alumno de IME Business School, la Escuela de Negocios de la Universidad de Salamanca, hay una historia distinta, pero todas comparten algo en común: la ilusión por seguir aprendiendo y crecer profesionalmente. Las jornadas combinan trabajo, clases, amigos y esfuerzo, pero también esa satisfacción que solo se siente cuando sabes que estás invirtiendo en tu futuro.
En este artículo, cuatro alumnas de nuestros másteres de la edición de enero —el Máster en Dirección de Empresas (MBA) y el Global MBA (100% en inglés)— nos cuentan cómo es un día en el IME: desde las mañanas en la oficina hasta las tardes y fines de semana en el aula, con clases los jueves y viernes por la tarde y los sábados por la mañana, pensadas para compatibilizar formación con tus compromisos personales y profesionales.
Cada una de ellas tiene su propia historia, pero todas destacan que el paso por el IME les ha brindado mucho más que formación: una red de apoyo, nuevas perspectivas y la motivación para seguir creciendo.
Miriam Mora Estarlich, alumna MBA enero edición 2024/25
Un viernes normal en mi vida como estudiante de IME Business School empieza temprano, con energía y ganas de aprovechar el día. Gracias al IME encontré una oportunidad de realizar prácticas en las que actualmente sigo trabajando, lo que me permite aplicar cada día lo aprendido en clase.
Por la mañana, me levanto, me pongo mi outfit de oficina y me preparo para comenzar la jornada laboral. Una de las grandes ventajas de formar parte del IME es la flexibilidad que ofrecen las diferentes empresas colaboradoras, que facilitan compatibilizar las prácticas con los estudios. Gracias a ello, finalizo mi jornada alrededor de la una del mediodía y me preparo para las clases de la tarde, que comienzan a las 16:00h y se alargan hasta las 21:00h, con un descanso de media hora entre medias para desconectar y comentar el día con los demás.
Las clases son muy dinámicas gracias al método del caso, una metodología que hace que ninguna clase sea igual a la anterior. Analizamos situaciones reales, intercambiamos puntos de vista y descubrimos nuevas formas de pensar.
A las 21:00h toca volver a casa, con la sensación de haber aprovechado al máximo el día: una mezcla de cansancio e ilusión por todo lo que viene.
Elena Graves Domínguez, alumna Global MBA edición 2024/25
Un sábado normal de clase empieza sobre las ocho. Desayuno, mochila lista y a las nueve ya estoy en el aula. Las clases del Global MBA son muy dinámicas: trabajamos con el método del caso, lo que hace que cada sesión sea diferente. Siempre hay debate, distintas opiniones y la oportunidad de conocer a directivos de empresa con los que compartir tu punto de vista.
Cuando terminamos, sobre las dos, suelo comer algo rápido y voy directa a la estación de tren. Aunque soy de Madrid, vivo en Salamanca durante el máster, así que cada sábado, al acabar las clases, regreso a casa (sobre las cinco ya estoy en Madrid) para pasar el fin de semana con mi familia y amigos. Al principio pensaba que sería agotador, pero con el tiempo se ha convertido en una rutina que disfruto: el ambiente, los compañeros y las clases hacen que las semanas pasen volando.
Actualmente estoy realizando mis prácticas en Global Exchange, en la Terminal 1 del aeropuerto de Madrid, rotando por diferentes departamentos para conocer cómo funciona la compañía desde dentro. Gracias a los conocimientos adquiridos en el máster, ahora siento que estoy preparada para enfrentarme a cualquier reto. En diciembre terminaré esta etapa en el aeropuerto y me destinarán a otro país para continuar creciendo profesionalmente. ¡Me muero de ganas por saber qué me deparará el próximo destino!
Patricia Gurrionero Loro, alumna MBA enero edición 2024/25
Cuando comencé el MBA lo hice con mucha ilusión. Acababa de terminar el Grado en Economía en la Universidad de Salamanca y tuve la suerte de recibir una beca de excelencia que me abrió la puerta al máster. En ese momento ya estaba trabajando a tiempo completo, así que sabía que el reto no sería fácil.
Compaginar el trabajo con las clases de tarde exigía mucha organización, disciplina y, sobre todo, constancia. Había días en los que salía del trabajo y apenas tenía tiempo para descansar antes de empezar las sesiones, pero el ambiente del máster y el aprendizaje diario hacían que todo mereciera la pena.
Lo que más valoro es haber compartido experiencias con profesionales de perfiles muy distintos, aprender de sus trayectorias y descubrir nuevas formas de afrontar los retos empresariales. El MBA no sólo me ayudó a crecer profesionalmente, sino también a mejorar mi gestión del tiempo y mi capacidad para trabajar en equipo.
Hoy, mirando atrás, me quedo con la satisfacción de haber superado el desafío y con las personas que conocí por el camino, que hicieron que cada día del máster mereciera la pena.
Henar Rincón Rodríguez, alumna Global MBA edición 2024/25
Os voy a contar cómo es para mí un día típico en IME Business School, en particular, un sábado. Sí, al principio puede sonar algo desafiante lo de tener clases los sábados por la mañana, pero tiene una sencilla y buena explicación: poder compaginar formación con las prácticas en empresa que se desarrollarán normalmente de lunes a viernes. Por ello, el grueso de las clases son los jueves y viernes por la tarde y los sábados por la mañana.
Mi día empieza a las 7:45h, lo que me permite desayunar, prepararme y llegar a tiempo a las clases que comienzan a las 9:00h. Son dos sesiones de dos horas y cuarto con un descanso en medio para desconectar y charlar con nuestros compañeros. Las clases son muy dinámicas y prácticas. Los profesores explican los conceptos teóricos desde un enfoque muy aplicado utilizando el método del caso. Esta metodología nos permite analizar y resolver situaciones reales o simuladas de empresas, lo que hace que aprendamos de forma mucho más práctica y estemos mejor preparados para afrontar retos similares en el mundo laboral.
A las 14:00h finalizan las clases y me voy a casa, preparada para disfrutar del resto del fin de semana, pero también con la motivación de aplicar lo aprendido en el aula en mis prácticas profesionales.
Si tú también quieres dar un paso más en tu carrera y formar parte de una comunidad con estudiantes de diferentes perfiles y países, aún estás a tiempo de inscribirte en la edición de enero de nuestros MBA.
Podrás disfrutar de clases presenciales, prácticas en empresa, becas y una metodología práctica que te prepara para afrontar los retos del mundo real.
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Miriam Mora, Elena Graves, Patricia Gurrionero y Henar Rincón


