Sergio Sánchez es alumno del MBA en Dirección de Empresas Agroalimentarias y realiza sus prácticas dentro del departamento de calidad de Jamones Blázquez.
– Sergio, estudiaste el Grado en Ingeniería Agrícola, y después un Máster en Ingeniería Agronómica. ¿Qué echabas en falta hasta entonces para decidir formarte en IME Business School?
Destacaría la falta de formación en el ámbito económico, que no solo es escasa durante tu formación específica, sino también durante toda aquella formación básica que recibes a lo largo de tu vida antes de entrar en la universidad. Es importante formar personas que quieran emprender proyectos en el país.
Además, echaba de menos una formación más especializada ya que los campos que ocupa mi sector son inabarcables.
– ¿Te resultó interesante descubrir que la Escuela de Negocios de Salamanca ofrecía un MBA enfocado al sector agroalimentario?
Cuando salí de la carrera algunos compañeros decidieron decantarse por este máster, con lo cual lo conocía desde hacía varios años, aunque a mí me sonaba muy ajeno a lo que yo estaba enfocado. Años después, esos mismos compañeros me animaron a adentrarme y a partir de ahí pude ver la cantidad de implicaciones que tiene con el sector agroalimentario. Salamanca siendo uno de los focos más importantes de España de agricultura, ganadería e industria agroalimentaria con zonas como el Campo Charro, La Armuña o Guijuelo es el lugar idóneo para un máster de este tipo.
– ¿Tienes experiencia en el sector?
Antes de entrar a este máster no tenía experiencia en el sector, únicamente las prácticas que cursé durante la carrera en la universidad.
-¿Qué es lo que más te llama la atención de este?
La importancia que tiene en el día a día de las personas. Este sector se dedica a una de las necesidades básicas de las personas, como es la alimentación. En gran cantidad de países podemos decir que es una necesidad que está cubierta, pero existen grandes retos para que el concepto clásico de “seguridad alimentaria” sea llevado a cada
rincón del mundo.
-¿Qué retos te está ayudando a superar el MBA en Dirección de Empresas Agroalimentarias?
Puedo hablar de retos tanto a nivel personal como profesional, pero no cabe duda de que uno de los retos más importantes a superar sea la pandemia del Covid19. La situación que ha puesto en vilo a todos aquellos jóvenes que terminan sus estudios y quieren incorporarse al mercado laboral. No es fácil pensar que jóvenes con mucho talento tengan tan escasas oportunidades, por eso nos seguimos preparando.
-También has trabajado en el cargo de comercial agrícola, ¿crees que con los conocimientos adquiridos hasta el momento en el máster, desarrollarías mejor ese mismo trabajo?
Sin dudarlo, y a crecer dentro del ámbito comercial. Únicamente con la parte común del master adquieres unas capacidades que se pueden aplicar a la venta. Si hubiera seguido dedicándome a ese sector habría cursado la especialidad de dirección comercial.
-Estos másteres están enfocados a formar a futuros directivos, ¿tienes algún proyecto en mente?
Es algo que no me quito de la cabeza, nuestro país necesita gente emprendedora. Una de mis pasiones, y a lo que he dedicado mucho tiempo durante mi carrera, es el sector vitivinícola. Nunca descarto desarrollar mi propio vino, aunque para eso todavía queda mucho tiempo.
-Actualmente, ¿estás trabajando en alguna empresa? ¿en concreto, en qué departamento?
Actualmente estoy en prácticas dentro del departamento de calidad de Jamones Blázquez, ejerciendo el cargo de técnico de calidad y seguridad alimentaria.
– Especialmente tras la aparición del covid-19, ¿has detectado que el área de Calidad en las empresas haya adquirido más importancia aún? ¿Es un departamento en el que tenga lugar la tecnología?
La calidad lleva en boga muchos años, cada vez el consumidor quiere productos con más calidad, por ello están apareciendo en todos los supermercados líneas “gourmet”. Lo que ha salido a la luz con el Covid-19 es algo que teníamos asumido como intrínseco del sistema, la seguridad alimentaria. Cada vez el consumidor se preocupa más
por la inocuidad de los alimentos, ya que ha visto que un simple microorganismo puede causar la muerte de millones de personas en el mundo. El consumidor cada día es más exigente y quiere conocer de dónde viene cada uno de los productos que consume. En el sector se están desarrollando sistemas de trazabilidad basados en tecnología
Blockchain. Este sistema les permite asegurar de dónde viene el producto que tiene en casa, ya que es un sistema encriptado imposible de manipular por ningún agente externo.
– ¿Qué le dirías a alguien que duda del sector agroalimentario como oportunidad laboral y de desarrollo profesional?
Que a nivel mundial el sector agroalimentario, a pesar de las crisis, tiene que seguir nutriendo al mundo de alimentos, y por ello siempre va a ser una oportunidad laboral. Además, como ya he comentado antes, aún quedan muchos retos por afrontar que nos pueden hacer crecer, no solo como profesional, sino como persona.